4.3.14

La mitad oscura

Ese día, Henry no besó a Mary Lou, pero tampoco se alejó de ella sin proferir una sola palabra, como podía haberlo hecho. La vio, soportó su enojo, y esperó a que se calmara en ese silencio bloqueado que conocía tan bien. Había reconocido que la mayor parte de estas aflicciones le pertenecían