24.3.12

Mal de Amores

Cuando usted sufre del mal de amores se encierra en cuatro paredes, no quiere saber de nadie porque odia a la gente más de lo normal, llora sin parar, no quiere comer, tiene un bloqueo mental excepto para escribir cosas relacionadas con esa persona, se pasa horas escuchando canciones románticas mientras se regodea de su tristeza: si uno no esta donde el cuerpo/sino donde más lo extrañan/y aquí se te extraña tanto/tú sigues aquí/sin ti/ conmigo/quién está contigo si ni siquiera estás tú.
No puede dormir, no puede concentrarse en nada, registra apenas un 40% de lo que pasa a su alrededor, busca en el internet la cura para su mal y se topa con esto, lee poemas románticos con frases que matan: De otro/Será de otro/Como antes de mis besos.
Se pasa las noches en medio de maratones sexuales y los días subastando besos.
Hay días que se despierta odiando a esa persona y queriendo venganza.
Pocos días la lógica le calma y le dice que el tiempo y la constancia lo curaran todo. 
Pero la mayoría de lo días se despierta con la esperanza de que esa persona sufra tanto como usted y con la ilusión de que todo será como usted quiere. Todo esto con el temor de telón de fondo; temor de volver a ver a esa persona y encontrarla feliz sin usted.
Cuando las botellas de vodka se agotan y los cigarros dejan de dar resultado, cae en cuenta de que esta enferma y no hay nada ni nadie que la pueda curar. Entonces, hace sus maletas y un buen día se va por la carretera con la esperanza de dejar atrás todo y de irse tan lejos que su recuerdo no pueda seguirle.
Ha partido para un laaaaaaaaargo viaje.
Así como yo.