31.1.12

Mi cuarto de juguetes


Cuando eres un niño sólo piensas en crecer y, cuando creces, sólo piensas en parar de crecer.
Ya cuando era niña era una solitaria empedernida (menos que hoy y más que mañana) y mis padre se preocupaban mucho por eso y en secreto se aliviaban porque nunca hubo el problema de fulanito que se peleaba por que yo no quería jugar a tal cosa o que alguien me quitaba un juguete... la raza humana para mi era (y a veces creo que es) un mundo a parte. Para compensar cualquier daño que eso pudiera causar me regalaron un cuarto que eventualmente yo llené con juguetes. Era tan feliz ahí, tenía miles de amigos que yo misma creaba y podía ser cualquier cosa que yo quisiera. 
Eventualmente pasaba menos tiempo en mi cuarto de juguetes y más en el mundo real... entonces comencé a escribir, no necesitaba conectarme con el mundo real sino con mi mundo, el que yo había creado. Por eso escribo  y trato de ser yo en cada letra que sale de mi mano... Últimamente, sin embargo, he notado una reticencia mía a hablar de mi con sinceridad... a hablar de mi directamente, siempre hay algo que hacer, algo en que pensar...
Después de enfrentarme a mí misma, la verdad es que no paso el mejor momento de todos, perdí a mi mejor amiga hace poco, literalmente se fue de este mundo y desde entonces estoy en stanby, viendo como el mundo sigue y quien fui se queda atrás y quien ahora soy no reconozco.
Sé que entre mis pesadillas me seguiré perdiendo pero entre mis letras me volveré a encontrar a mi y el camino que ahora tengo que seguir.
El mundo sigue girando y cayéndose, pero yo sigo viviendo en mi cuarto de juguetes, en mi mundo; aunque a veces ese mundo se ve perdido aparece siempre que miro en el espejo y así es como debe ser.