-Dale, toma vino-me dijo mi amigo alargándome el vaso.
Lo tome y bebí el liquido aunque sabía que no pararía, no quería parar.
Quería que todo se mezclara: el humo, la gente, las luces, la música, los besos, los abrazos, los rostros.
Quería correr al baño y pensar que mientras vomito te estoy vomitando a ti.
Quería terminar tirada en algún piso. Porque entonces habré tocado fondo y solo me quedara levantarme. Te habré llorado tanto que solo me quedara sonreír.
Te habré querido tanto que solo me quedara odiarte.
Serás tan parte de mí que solo me quedara olvidarte.
Mientras tomo dos aspirinas y escribo esto se que me quedan muchos días de buscar medida desesperadas para olvidarte, de creer que ya te olvide.
De llórate en secreto, de esperarte, de querer buscarte, de intentar caminar lejos de tu camino. De intentar reír con la gente, de buscarle a la vida una forma que no sea la tuya.
Pero mientras corro por tercera vez al baño y recito este en mi mente se que así como llegaste, un día al fin te irás.
Y lo último que me queda decirte es:
Te quise querer y no quisiste.
Te quise acompañar y me rechazaste.
Quise caminar contigo y no me dejaste.
Te quise dar mi corazón y no lo aceptaste.
Llore por ti y nunca lo supiste.
Quise decir adiós y solo me salió una sonrisa.
Intente decirte todo esto y no tuve palabras.
Quise olvidarte y no encontré ningún recuerdo.
Intente alejarme y solo conseguí callarme.
Quise llamarte y no tenía tu número ni recordaba tu nombre.
Intente explicarme esto y solo me salieron estas palabras.
Y ahora escribo FIN, aunque nada se vaya del todo.
