Cae la última hoja de otoño, y empieza a nevar. La tierra se sume en un profundo sueño, a la espera de la primavera, la esperanza y la vida. Las plantas mueren, los animales duermen.
Y un par de ojos oscuros se abren. La doncella etérea vestida de blanco emerge de las profundidades y sale a la mortecina luz invernal.
Todo está cubierto de un frío e inmaculado manto.
La doncella de largo cabello negro se adentra en el bosque, a la búsqueda de una vida que comparta su tiempo con ella.
Pero los árboles, desnudos y grises, no responden a su llamada. Sigue caminando, busca, busca…
Encuentra la cueva del Oso. Se alegra. Esa criatura está viva, como ella, respira, late y se mueve.
- ¡Hola!
No obtiene respuesta, pero la doncella insiste. Entonces el Oso despierta.
- ¿Quién eres, niña, que te atreves a molestarme?
- Soy Alud, la Doncella del Invierno.
- ¿Y qué quieres?
- Un amigo, alguien con quien hablar, que me haga compañía, alguien con quien compartir mi tiempo.
- Yo estoy hibernando. Búscate a otro.
- ¿Hibernando?
- Duermo todo el invierno, cuando no hay comida. Ahora, vete, o te arrancaré la cabeza de un mordisco.
Y la doncella deja el Oso.
No pierde la esperanza. En algún lugar debe haber alguien. Busca en otras cuevas y escondrijos, busca un compañero, algo…
Pero toda criatura repite lo mismo: déjame dormir.
"Monstruo, fuera, muerte, márchate, te odiamos, déjanos…"
Alud abandona los bosques y sube a las montañas, al pico más alto, donde el frío no deja dormir.
Aún así…todo ser duerme o está muerto.
Finalmente cae, y llora. La soledad atenaza su corazón, y siente la tentación de rendirse, dejarse llevar, volver a casa…
Nadie la consuela. Nadie le habla. Nadie le da calor, compañía. Nadie la espera, la toca, la ama.
¿Por qué está sola?
Mi niña...Regresa, vuelve a mí, te quiero, quédate, sólo yo puedo hacerte feliz...
No. No importa cuántas lágrimas derrame sobre la fría nieve. La nieve sólo es nieve, frío y agua combinadas para crear la helada blancura. Otro de los sortilegios del Invierno.
La doncella no tiene nada, no tiene a nadie.
Desciende de las montañas, desciende, desciende…Y entonces siente algo. Una vida.
Corre a buscarla. La encuentra acurrucada entre las rocas, aferrada desesperadamente a un pedazo de tierra áspera. La doncella admira su delicada y frágil belleza.
- ¡Oh, qué hermosa eres!
- ¿Quién eres, que me hablas?
- Alud, la Doncella del Invierno. ¿Y tú, quién eres?
"Tú…Monstruo, vete, aléjate, no nos toques, te odiamos, muere…"
- Una simple flor.
- ¿Flor? ¡Eres tan bonita! Deja que te toque.
- ¡No lo hagas, te lo ruego! Si me tocas con tus manos de hielo, me matarás. Vete, aléjate, no te acerques a mí. Eres peligrosa, fría, horrible, ¡márchate!
"Muere, muere, vuelve a las entrañas de la tierra, desaparece, regresa con tu amo, no nos toques, nos das asco, nos das muerte…"
Y la doncella, horrorizada, corre montaña abajo hasta el bosque, y allí vuelve a caer sobre la tierra muerta, llorando.
¿Es acaso un monstruo? ¿Una criatura mortífera condenada a la soledad?
No, mi pequeña, mi niña, yo sigo esperando, vuelve a casa, vuelve conmigo, te amo, te amaré siempre, soy tu padre, tu amigo y tu amante, regresa, te estoy esperando...
No, no…
Ella es Alud, sólo eso, la Doncella del Invierno, la Eterna joven vestida de blanco que busca, incansable, la dulzura de un compañero.
La nieve empieza a derretirse. Hace calor, un calor insoportable. La doncella huye, corre en busca del frío, pero no importa dónde vaya, sigue haciendo calor.
Vamos...Vuelve a casa. Te espero. Es tarde, el invierno pasa y llega la primavera, y tú morirás si te toca con su fuego. Ven conmigo, soy el único que puede protegerte, el único que puede amarte, regresa...
No. Nunca. Nunca volveré.
Finalmente, vuelve a sumergirse en las entrañas de la tierra, en la oscuridad, y duerme, soñando con el próximo invierno.
La próxima vez…encontraré a alguien con quien compartir mi tiempo.
Ojo...no es mio: http://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=9223
Y un par de ojos oscuros se abren. La doncella etérea vestida de blanco emerge de las profundidades y sale a la mortecina luz invernal.
Todo está cubierto de un frío e inmaculado manto.
La doncella de largo cabello negro se adentra en el bosque, a la búsqueda de una vida que comparta su tiempo con ella.
Pero los árboles, desnudos y grises, no responden a su llamada. Sigue caminando, busca, busca…
Encuentra la cueva del Oso. Se alegra. Esa criatura está viva, como ella, respira, late y se mueve.
- ¡Hola!
No obtiene respuesta, pero la doncella insiste. Entonces el Oso despierta.
- ¿Quién eres, niña, que te atreves a molestarme?
- Soy Alud, la Doncella del Invierno.
- ¿Y qué quieres?
- Un amigo, alguien con quien hablar, que me haga compañía, alguien con quien compartir mi tiempo.
- Yo estoy hibernando. Búscate a otro.
- ¿Hibernando?
- Duermo todo el invierno, cuando no hay comida. Ahora, vete, o te arrancaré la cabeza de un mordisco.
Y la doncella deja el Oso.
No pierde la esperanza. En algún lugar debe haber alguien. Busca en otras cuevas y escondrijos, busca un compañero, algo…
Pero toda criatura repite lo mismo: déjame dormir.
"Monstruo, fuera, muerte, márchate, te odiamos, déjanos…"
Alud abandona los bosques y sube a las montañas, al pico más alto, donde el frío no deja dormir.
Aún así…todo ser duerme o está muerto.
Finalmente cae, y llora. La soledad atenaza su corazón, y siente la tentación de rendirse, dejarse llevar, volver a casa…
Nadie la consuela. Nadie le habla. Nadie le da calor, compañía. Nadie la espera, la toca, la ama.
¿Por qué está sola?
Mi niña...Regresa, vuelve a mí, te quiero, quédate, sólo yo puedo hacerte feliz...
No. No importa cuántas lágrimas derrame sobre la fría nieve. La nieve sólo es nieve, frío y agua combinadas para crear la helada blancura. Otro de los sortilegios del Invierno.
La doncella no tiene nada, no tiene a nadie.
Desciende de las montañas, desciende, desciende…Y entonces siente algo. Una vida.
Corre a buscarla. La encuentra acurrucada entre las rocas, aferrada desesperadamente a un pedazo de tierra áspera. La doncella admira su delicada y frágil belleza.
- ¡Oh, qué hermosa eres!
- ¿Quién eres, que me hablas?
- Alud, la Doncella del Invierno. ¿Y tú, quién eres?
"Tú…Monstruo, vete, aléjate, no nos toques, te odiamos, muere…"
- Una simple flor.
- ¿Flor? ¡Eres tan bonita! Deja que te toque.
- ¡No lo hagas, te lo ruego! Si me tocas con tus manos de hielo, me matarás. Vete, aléjate, no te acerques a mí. Eres peligrosa, fría, horrible, ¡márchate!
"Muere, muere, vuelve a las entrañas de la tierra, desaparece, regresa con tu amo, no nos toques, nos das asco, nos das muerte…"
Y la doncella, horrorizada, corre montaña abajo hasta el bosque, y allí vuelve a caer sobre la tierra muerta, llorando.
¿Es acaso un monstruo? ¿Una criatura mortífera condenada a la soledad?
No, mi pequeña, mi niña, yo sigo esperando, vuelve a casa, vuelve conmigo, te amo, te amaré siempre, soy tu padre, tu amigo y tu amante, regresa, te estoy esperando...
No, no…
Ella es Alud, sólo eso, la Doncella del Invierno, la Eterna joven vestida de blanco que busca, incansable, la dulzura de un compañero.
La nieve empieza a derretirse. Hace calor, un calor insoportable. La doncella huye, corre en busca del frío, pero no importa dónde vaya, sigue haciendo calor.
Vamos...Vuelve a casa. Te espero. Es tarde, el invierno pasa y llega la primavera, y tú morirás si te toca con su fuego. Ven conmigo, soy el único que puede protegerte, el único que puede amarte, regresa...
No. Nunca. Nunca volveré.
Finalmente, vuelve a sumergirse en las entrañas de la tierra, en la oscuridad, y duerme, soñando con el próximo invierno.
La próxima vez…encontraré a alguien con quien compartir mi tiempo.
Ojo...no es mio: http://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=9223