13.11.15

Adicción


 

Ella es la que en realidad aguarda impaciente. No se decide; es que es débil de espíritu. Primero, floja, como que si como que no. Luego ya le gana el vicio; no tolera la presión y consume… consume hasta saciarse y sentirse mareada, en un éxtasis divino al cual de seguro volverá a caer en la noche siguiente.
Así son los vicios. Triunfan. Y ella es la que en realidad consume, no yo. La junto con una tarjeta de crédito, formo un cerrillo blanco y radiante; agarro un tubillo, con un extremo en una fosa nasal y otro ahí, aspirando y dale que dale.
Yo no soy el adicto, es ella. Ella no tolera que yo la deje ahí y no la aspire; ella no aguanta a ser consumida porque está enviciada conmigo, con mi sangre por la cual drena y se siente en un trance feliz, aunque sólo sea un breve segundo.
 
David Jofré
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario