Paso el primer día del mes, no fue el mismo sueño recurrente con los roles y las situaciones que me confundían, fuiste tú personificando mi mayor miedo... luego el telefóno callado, el frío y las excusas. No fue solo un siueño.
Y ahi estaba la hoja en blanco, a la que le contaba las cosas que no me atrevía a decirte pero sin escribirlas.
Sabiendo que el tiempo se acaba.
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