Sucedió
con rapidez, como suele ser el caso. Existe una persona cualquiera, alguien conocido a
quien ves de vez en cuando en fiestas o en conciertos y en quien nunca piensas.
Luego, un
día una puerta se abre de par en par y caes en una sima de infinitud. Con tanta sorpresa
como agradecimiento, te preguntas: ¿Puede esta alma profunda ser la persona que yo consideraba meramente...
una mera...? Sí.
(Fragmento de "El Amante del Volcán")