27.4.11

Recuérdame



Se fue sin más, como si la noche se lo hubiese tragado. Se lo trago en cierta forma.
No huyo. No hubo nadie a nadie a quien prometer volver, nadie a quien decir adiós. Aquellos que le conocían no podrían llegar nunca a entenderle, ¿Cómo explicar el porqué de su partida? ¿Cómo lograr que alguien entendiese algo tan irracional? Simplemente se canso de las noches llenas de suspiros solitarios, de las caminatas nocturnas, de las sonrisas falsas, de huir de la gente, de que la gente huya de é, de huir de sí mismo. Se canso de buscar disfraces, de robarlos día a día y desecharlos uno a uno. Se canso de buscar alguien a quien le importe, alguien que le importe. Cuando la encontró era demasiado tarde, la esperanza había muerto.
Solo esa persona que supo lo que fue.
Y solo ella, al despertarse ese día encontró su caligrafía impresa en un “RECUERDAME”

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