Eso si me pega fuerte y no me refiero a la canción de Simple Plan, aunque esa también me pega fuerte sino a un libro ruso que trata sobre las personas de que nacen siendo físicamente diferentes…
Yo con dos brazos, dos ojos, dos piernas y la mayoría de mis facultades intactas y me consideraba (aun algo) la persona más imperfecta del planeta tierra.
Y es que para creer eso sin duda lo era, no era perfecta porque estaba muy gorda o porque no me gustaba el color de mi piel o porque me salía un grano…aun no me gusta mi peso ni el color de mi piel y aun me salen granos.
¿Y por eso debo considerarme imperfecta?
Aun no encuentro la respuesta.
¿Qué es la perfección al fin y al cabo?
Un día creí que sería perfecta teniendo miles de amigos siendo popular; si eso significaba estar hasta la última por haberme terminado una botella entera de vodka, haber descubierto que el chico que me gustaba estaba interesado en una de mis “amigas” y terminar en el hospital por intoxicación, digamos que lo logré pero estaba lejos de ser perfecta.
Otro día creí que sería perfecta si tuviera mucho dinero y tuve que darme cuenta (a la fuerza) que a veces la libertad vale más.
Otro día quise ser grande, porque cuando lo fuera sería perfecta, hoy que lo soy solo quiero volver a tener 5 años.
Y lo peor de todo, el día en que creí que mi imperfección estaba en mi físico, ese día vendí mi alma al diablo por una inexistente perfección, y cuando me di cuenta no era demasiado tarde pero tampoco era muy temprano…no había vuelta.
Nadie es perfecto, decimo siempre que cometemos un error y buscamos justificarnos, lo sabemos pero aun así buscamos la perfección…¿en realidad lo hacemos? ¿O alguien nos quiere perfectos?
Ahí está él: “alguien más”, el día en que deje de importarnos lo que digan los demás, nos daremos cuenta que nadie es perfecto…nadie.
Si miramos nuestro vasto universo nos damos cuenta que todo es perfectamente imperfecto.
¿Entonces, porque pretendemos ser perfectos?
