13.1.18

Y ahí estaba yo sintiéndome tan vacía y a la deriva como el ojo de un huracán en medio de la tormenta, en un lugar en el que yo suponía estaba la felicidad, la realización o al menos en donde mis demonios no llegarían. Pero ahí estaban ellos, siempre un paso adelante de mi. Descubrí la cosa mas absurda entonces, que ellos no necesitan visa para viajar sino un alma al que perseguir... y la mía la habían atrapado nuevamente. 

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