26.9.09

Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar,
Pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción;
Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar, bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse...


Caminante, son tus huellas
El camino, y nada más;
Caminante, no hay camino,
Se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
Y al volver la vista atrás
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
Sino estelas en la mar.

El que espera, desespera,
Dice la voz popular.
¡Qué verdad tan verdadera!
La verdad es lo que es
Y sigue siendo verdad
Aunque se piense al revés.

Corazón, ayer sonoro,
¿Ya no suena
tu monedilla de oro?
Tu alcancía,
Antes que el tiempo la rompa,
¿Se irá quedando vacía?
Confiemos
En que no será verdad
Nada de lo que sabemos.

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar...”
Golpe a golpe, verso a verso...
Murió el poeta lejos del hogar,
le cubre el polvo de un país vecino
Al alejarse, le vieron llorar,
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar...”
Golpe a golpe, verso a verso...
Cuando el jilguero no puede cantar
Cuando el poeta es un peregrino,
Cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar...”
Golpe a golpe, verso a verso...