4.6.09


¿Cuántos de nosotros evitamos ver como las cosas importantes de nuestras vidas desaparecen de un momento a otro?
Podemos resistir un día, una semana, algunos años, pero estamos condenados a perder. Nuestro cuerpo sigue vivo pero tarde o temprano el alma acaba recibiendo un golpe mortal. Un crimen perfecto, no sabemos quién asesinó nuestra alegría, qué motivos lo provocaron, ni dónde están los culpables.