12.5.14

6 A.M


Parece haberse detenido el tiempo, el cielo está blanco, parece que la noche aún no se ha ido del todo. En las calles desiertas solo el viento sobrevive.
Todo está lleno de pasado: los charcos no logran desprenderse de la lluvia de ayer; las botellas, los cartones, las colillas de cigarrillos son fantasmas silenciosos; la soledad que dejan los que se van y los que llegan a la parada del bus; el césped muerto sobre el que ayer alguien se abrazó a otro cuerpo; los residuos de las voces y olores que se escapan por las ventanas.
Los sitios que son y no son.
Los rostros que están y no están.
La mañana que quiere ser presente pero está congelada por el frío recuerdo del pasado.


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