6.11.11

La Tregua


Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua. Al principio, me resistí a creer que eso pudiera ser felicidad. Me resistí con todas mis fuerzas, después me di por vencido y lo creí. Pero no era la felicidad, era solo una tregua.  Ahora estoy otra vez metido en mi destino. Y es más oscuro que antes, mucho más.
-Mario Benedetti-