Miro por encima del hombro y veo su sombra,
y avanzo como alguien que de noche en el bosque
oyera el ruido de pasos acercándose
y se detuviera a escuchar; entonces, en vez de silencio
oye a una criatura que intenta moverse con sigilo.
¿Qué puede hacer sino correr? Corre a ciegas
por el sendero, dando tumbos, golpeado por las ramas;
el otro cada vez más cerca, pero en realidad
no se apresura ni jadea; juguetea con su presa.
Stephen DOBYNS
No hay comentarios:
Publicar un comentario