23.12.10

Desconocidos


Me mire al espejo y quise preguntar ¿Quién eres? Pero la mirada gélida del espejo me contesto. La primera vez que vi ese rostro pensé que sería bueno vivir dentro de alguien que no conocía, alejarme así como ellos se alejaban.
Lluvia, calles, humo, preguntas obligatorias, silencios incómodos, conversaciones superficiales; la verdad no me interesa tu nombre, de donde eres ni que haces, no me interesa hablar ni que pienses que soy de otro planeta. Soy de otro planeta y hoy estoy en otro planeta. En mi mente cruzan fragmentos de mi vida:
-te queda bien…
-Somos vampiros, flaca, disfrutamos de la noche y dormimos en el día…
-De aquí a la casa una hora y media…
-Claro que te acompaño…
-No puedo ya hice planes…
-¿estudias?
-Puedes ir pero…
-Rara..
-Tú eres cervecera…-interrumpió mis pensamientos.
Asentí. Claro que amo este liquido y cualquier cosa que me haga amortiguar mis sentimientos, que me permita estar aquí sentada con ustedes escuchando esta música, que me deje en mi casa sin saber cómo, que me duerma sin pensar en nada.
Pero mañana me despertare y me encontrare con esas comidas solitarias, con esas tardes grises, preguntándome que es peor: una soledad desolada o una soledad compartida.
Ahora me reconozco, con mi ropa con mi cara, acurrucada en la única calidez: la de mi cama. Estoy jugando a ser otra, a salir con gente con la que no quiero estar, a conversar de cosas que no me interesan hablar, a caminar sin tener a donde, a alejarme de personas que no quise querer y termine queriendo. Estoy jugando a perderme porque creo que en realidad nunca me voy a encontrar, me estoy disfrazando porque nunca me conocí.
Quiero irme por las razones correctas, no quiero quedarme por las razones equivocada. Pero me voy, me voy y nadie lo nota.