6.10.10

Sigue sin Bastar



No bastaban los domingos para sumergirse en su mundo, para esconderse entre el agridulce del vino, entre las palabras conocidas, en los paseos sin rumbo, en las noches en compañía de la soledad, en las noches en compañía…
No bastaba un día para ser.
Así, que traspaso su mundo al resto de día. Pero seguía sin bastar, los lunes eran muy lentos, los martes no se podía perder en el verde de su conciencia, los miércoles había que trabajar, los jueves eran demasiado cortos, los viernes no existían, los sábados había que recobrar la conciencia perdida el viernes.
Y el domingo ya no era suficiente.
Entonces traspaso su vida a su vida… ya no había que trabajar, no había que dormir, tampoco había que fingir… eran días llenos de música… ausentes de conciencia… acompañados de la soledad acompañada… había tiempo de recostarse en el pasto y fundirse en el humo de la vida… se podía dar el gusto de mirarse de frente y conocerse….
Justo había encontrado algo que baste cuando el camino cambio… una sola persona no era suficiente para recorrerlo.
Entonces ya no buscaba tiempo, ni camas cómodas, ni lugares llenos de música, ni las noches eternas para pensar… buscaban a alguien.
Y descubrió que para encontrar a alguien muchas veces no basta con uno mismo.
Pero su vida sigue ahí, esperando que alguien se la beba, el camino sigue ahí esperando que alguien lo recorra, la música sigue allí esperando ser escuchada, las estrellas siguen ahí esperando ser contempladas.
Pero no basta…. Desde esos domingos fugaces, sigue sin bastar.