Esta noche no hay nadie, no ha sido solo esta noche, han sido incontables noches. Quiero creer que es bueno reflexionar en paz. Me gusta poder sentarme a llorar a lágrima viva, a pensar en ti como no podría hacerlo con gente alrededor, como no podría hacerlo con la lógica en mi cabeza, con la distancia y la frustración de saberte lejos… soy consciente que me he vuelto adicta a esta soledad que me mata lentamente, la odio pero no me imagino sin ella. Te odio pero no me imagino sin ti, sin tu recuerdo… me conformo y me lacero con tu simple e idealizado recuerdo. Me gusta pensar en lo que podrías decir pero nunca me he puesto a pensar en lo que dirás al saber esto, se han ido horas escribiéndote, horas pensándote, horas buscándote… y se me ira media vida en olvidarte.
Pero tú solo has visto el telón de fondo, mi alegría que no es alegría, mi compañía que es soledad, mi vida que en realidad no es mi vida. Dudo que sospeches que eres tú el protagonista de esto. Dudo que alguna vez te enteres… incluso dudo si te volveré a ver.
En realidad creo que proyecto en ti todo lo que me está ocurriendo, Esopo dijo que siempre hay alguien que está peor… ¿será?
Pero ya no tiene caso, nada importa ya. He aprendido que es mejor no vivir el futuro antes de que llegue, me parecía hace casi 1 año insoportable un encierro interior como el que me he impuesto y aquí estoy encerrada con mis propios candados.
Ya no quiero mencionarte pero mientras más intento olvidarte más te recuerdo. Mientras más sales de mi vida más adentro de mí te escondes. Huye de mi vida mientras te sea posible… huye como hicieron muchos… como haría yo si pudiese…
La verdad esta noche no es de soledad… es de una soledad compartida, entre yo que intento huir y entre yo que no puedo huir.
