13.7.10

Encuentros IV


Y ese lunes llegó y después de tanto pensaren ese día, ahí estaba lista para verte dos horas antes de las nueve.
Estuve frente al reloj contando los segundos: 8:00am… salí de mi casa intentando caminar despacio… eso… INTENTANDO…. 8:30 am llegué a la dirección que me diste, me la había imaginado tantas veces y ahí estaba exactamente como mi imaginación: Un gran edificio impersonal blanco, justo en plena zona urbana… puerta negra… guardia…
Sonreí. “Ya ves” me dije “después de todo si lo conoces”. Entré despacio y subí las escaleras que me separaban del quinto piso… cuando estuve frente a tu puerta, apenas había pasado el tiempo. No sé cuánto tiempo estuve parada frente a ese pedazo de madera…. ¿debería timbrar? O ¿mejor espero?
-jajajaja…. Tu no cambias no???
Estabas ahí, tras mío apoyado en la pared. Sonriendo.
-Y tú tampoco-dije.
-Cierto, aún sigues siendo la única que logra hacerme reír
Abriste la puerta y entraste, te seguí. Adentro era tal y como se suponía que debía ser: residuo de humo verdoso, cojines en el piso, una botella de vino vacía junto a un libro de poemas de Octavio Paz.
Sonreí, era tal y como me lo imaginaba, excepto que en mi imaginación yo era parte de eso.
-Vamos a la cocina-dijiste.
Te seguí y me senté en una pequeña y desvencijada mesa.
-Relájate-me dijiste dándome una palmada en el hombro y poniendo más tensa.
Colocaste dos tragos de líquido achocolatado en la mesa y abriste una funda de pan.
-Pensé que tendrías hambre- comentaste.
-Sí, pero ¿Qué es esto?-dije mirando con desconfianza la taza.
-Es chocolate aunque sin leche porque no hay.
Me puse de pie y me acerque a la cocina, prendí fuego… tu no dijiste nada mientras preparaba el café hasta que estaba terminado.
-No hay azúcar.
-No importa-dije sentándome en la mesa con mi taza de ese amargo líquido-Sabes que nunca aprendí a tomar chocolate sin leche… prefiero el café sin azúcar.
-Aja-fue tu única respuesta.
Supongo que a la mayoría nos ha pasado que hemos visto una película o leído un libro en el que un par de enamorados se encuentran…. Suenan violines en el fondo, cae nieve y la pareja se sienta junto a una ventana al calor de una chimenea y a la luz de las velas a mirarse mientras toman té en tacitas de porcelana… y supongo que muchos nos hemos imaginado protagonizando esta escena.
Pero la realidad es otra. Mi realidad era otra, ahí estábamos “el par de enamorados” que en realidad eras tú que no había cambiado y yo que seguía sin saber que decir, sentados en una mesa vieja, bajo una telaraña… bebiendo café sin azúcar y chocolate sin leche… no había música de fondo ni nieve.
Pero ahí estabas tú… la única persona capaz de lograr acelerar así mi corazón… de forma en la que ninguna escena perfecta podría describir…