21.6.10

José Saramago


La muerte de Saramago ha puesto tristes a todos los habitantes de Parapanda. Escritor portugués, uno de los novelistas más apreciados en el mundo entero. Periodista y miembro del Partido Comunista Portugués sufrió censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar. Se sumó a la llamada "Revolución de los Claveles" que llevó la democracia a Portugal, en el año 1974. Escéptico e intelectual mantuvo una postura ética y estética por encima de partidismos políticos, y comprometido con el género humano. En sus últimas décadas, consagrado como escritor universal, dividió su residencia entre Lisboa y la isla española de Lanzarote (Canarias). Alzado del suelo (1980) fue la novela que le reveló como el gran novelista maduro y renovador portugués. Se trata de una novela histórica, situada en el Alentejo entre 1910 y 1979, con un lenguaje campesino, una estructura sólida y documentada y un estilo humorístico y sarcástico que llamó enormemente la atención en su momento. Siguieron obras de gran interés como Memorial del convento (1982), El año de la muerte de Ricardo Reis (1984), La balsa de piedra (1986), Historia del cerco de Lisboa (1989), El evangelio según Jesucristo (1991) y Ensayo sobre la ceguera (1995), obra en la que el autor desde planteamientos éticos advierte sobre "la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron". Saramago, escéptico pero solidario, reflexionó en esta novela sobre si cabría la esperanza tras este nuevo milenarismo que la humanidad está viviendo. En 1998 recibió el Premio Nobel de Literatura, siendo el primer escritor portugués en conseguirlo.


He aqui un texto suyo:


"Me preguntaron por Europa y les respondí que la Unión Europea no pasa de ser un imperio económico, y que no me gustan los imperios, en particular si excluyen las ideologías políticas o las reducen a meras etiquetas sin valor. Me preguntaron por la democracia, y les respondí que la democracia, tal como la estamos viviendo, es una mentirosa falacia, que no se puede hablar de democracia cuando sabemos que los gobiernos, resultando de actos electorales democráticos, en seguida se convierten en meros mandatarios del único poder real y efectivo que es el de los grandes grupos económicos y financieros transnacionales. Tambíen me preguntaron por el comunismo, y yo les respondí que el socialismo no se puede construir ni contra los coudadanos ni sin los ciudadanos, y que por no haber entendido esto la izquierda es hoy un campo de ruinas donde, pese a todo, unos cuantos se empeñan en buscar y pegar fragmentos de las viejas ideas con la esperanza de poder crear algo nuevo. ¿Lo conseguirán?, me preguntaron, y respondí: sí, algun día, pero yo no estaré aqui para verlo".
Hombre admirable, sencillo, bueno e inteligente. Estamos tristes porque se ha muerto. Leerlo es ahora una forma de recordarlo y expresar nuestro respeto.