5.6.10

Encuentros II



Los días que antecedieron a tu partida apenas y logro recordarlos por la confusión que existía en mi mente en ese entonces: habían apenas pasado días desde me dijiste que tu no pensabas en mi y que yo no debería pensar en ti… aunque sabias que no podía evitarlo.
El día en que te fuiste no lo recuerdo. Recuerdo el día en que me desperté y me dije que no pensaría en ti, no te extrañaría, no me preguntaría donde estas, con quien estas, no te buscaría en cada rincón, no te vería en cada persona, no te buscaría en cada recuerdo, no te llamaría, no preguntaría por ti, me dije que ese era el día en que te convertiría en un olvido.
El día que te encontré sentado en la acera de mi casa aun me seguí repitiendo lo que dije aquel día y aun no podía lograrlo: Me repetía cada mañana las mismas palabras y en pocos segundos volvía a recordarte… bastaba encender la radio para escucharte… abrir un libro para pensarte… cerrar los ojos para soñarte…
Hasta ese día lo único que había logrado era acostumbrarme a tenerte como un fantasma en mis pensamientos.