24.5.10


No vayas a llorar junto a mi tumba.
No estoy allí. No duermo.
Soy el fulgor diamantino entre la nieve.
Soy el agua que corre cuando llueve.
Los mil vientos de otoño y, en verano,
Rayo de sol sobre maduro grano.
En el silencio de las alboradas.
Soy el rumor de alas que alzan vuelo.
Y, por la noche, el cielo
Con todas sus estrellas desveladas.
No vayas a llorar junto a mi tumba.
No estoy allí. No duermo.